25/10/07

Dueños de qué

En la vida nos creemos dueños de nuestro destino. De nuestra vida. Tomamos decisiones que nos afectan, mas pensamos que sólo serán pequeñas opciones que no harán demasiada mella en nosotros.

Siento negaros cualquier tipo de control sobre vosotros mismos. Negaros la creencia de vuestra dependencia, de vuestras posesiones, de vuestros sentimientos. Oiréis que alguien os dice "mentira, siempre puedes elegir. Puedes elegir como sentirte. Puedes elegir de qué forma te afectará esto. Puedes elegir...".

No lo dudo. Podemos elegir. Pero muchas veces sopesamos varias alternativas y nuestras elecciones vienen tomadas por un indicio no personal. Me estoy refiriendo a todas esas opciones que tomamos por los demás. Pensamos en lo mejor para alguien que consideramos importante, sin importarnos nosotros mismos.

Cuando las opciones se toman pensando en el bien de los demás, amigos míos, pese a pensar que es lo mejor. No es más que una buena obra que puede joderos la vida. Sí, condenáis vuestro futuro al bien de una tercera persona. Pensando que teniendo el bienestar de esa persona, nada podrá ir mal.

Pero, tarde o temprano, caes en la realidad y te das cuenta de que la elección no ha sido la mejor para ti. Te corroe, te persigue. Intentas huir de esa verdad que te hunde en un pensamiento recursivo acerca de tu error. Cometiste un error para que otra persona fuese más felix. ¿Pero qué hay de tu felicidad? A caso no importa?

Y, lo mejor de todo, no te engañes. Esa persona por la que has dado todo, por la que has vendido tu felicidad a un precio mísero... esa persona ni se inmutará por tu gesto.

Lo peor son las consecuencias que tus opciones acarrean. Esas opciones que no penden directamente de ti, si no de los que te rodean. Sí, volveremos a oír al amigo coñazo que te dice "pero debes ser independiente de la gente, no te debe influir". Ja! Que el inocente tire la primera piedra! Cuando alguien te importa, no puedes permanecer inmóvil ante sus actos.

Y ahí, es cuando pensarás en tu error. Ese error que fue un acto altruista pensando en alguien que para ti no deja de ser importante. Ese error que ronda tu cabeza. Que no te deja dormir. Que te ahoga. Ese error que nadie te dice claramente a la cara, pero que lo ves.
Y no puedes borrar. No podemos volver al pasado para modificar ninguna de nuestras elecciones. Y, lo que es peor, no cambiarías esa opción. Porque sabes que prefieres su felicidad a la tuya... ¿Pero a qué precio? Hasta qué punto 'x' felicidad compensa 'n' infelicidad?

La desdicha de una mala elección puede ser el inicio del desencadenamiento de nuestra destrucción. Pensadlo antes de hacer algo por alguien. Pensadlo antes de hacer nada. Pensadlo antes de... No, seamos realistas, somos como somos. Seguiremos cagándola igual que hasta ahora. Sintiendo cuando debemos pensar y pensando cuando debemos sentir.

2 comentarios:

Esther Yébenes dijo...

El ser humano es egoista por naturaleza.
Evuchi, deja que "la Naty" siga su curso...

Esther Yébenes dijo...

Y sí, yo pienso que podemos elegir, que siempre hay una elección, por mucho que nos guste o de que no... siempre puedes elegir si tirarte por un puente o seguir aguantando una miserable vida.

Los motivos que te impulsen a tomar una decisión u otra son totalmente tuyos. Sé egoista, piensa en tí primero y si quieres pensar en los tuyos, hazlo después. Y por último, el resto. Y recuerda que "los tuyos" no tiene por qué englobar sólo a tu familia: la familia no se elige, los amigos sí. No es aplicable a tu caso, pero es una verdad como un templo.

Y no te olvides que siempre puedes elegir. Tú tienes la última palabra. Piensa en tí.