Buenas lectores,
me gustaría dedicar un minuto de silencio por las personas especiales que pasan por nuestras vidas. Tal día como hoy, hace un año, perdí a alguien irremplazable. Alguien a quien llevaré en mi corazón más allá de mi muerte física.
Ya ha pasado un año y no me acostumbro a no tenerla a mi lado. Me gustaría decir que aún la siento, pero son engaños que me hago a mí misma. A veces me sorprendo hablando con ella, soñando que la abrazo. Pero no es más que eso, divagaciones que no puedo llevar a cabo en la vida real [por suerte o por desgracia].
Por ese motivo, me gustaría hacer una reflexión con vosotros.
Una vez, alguien, me dijo que los sentimientos eran controlables y que podíamos hacer que algo nos afectase más o menos según nuestra forma de enfocarlo. Pero hay cosas que no podemos controlar y, en caso de que se pueda controlar, no me gustaría ser una persona tan extremadamente fría como para poder decir "no me afecta".
A veces, es bueno sufrir, porque nos recuerda lo bueno de las cosas. Además, no cambiaría nada de lo vivido. Me quedo con mi dolor y todo lo vivido con esa persona a reemplazar este dolor que me acompañará el resto de mis días con un borrado de memoria parcial.
¿Por qué? Pues está claro que me compensa recordarlo todo. La balanza se decanta por el lado positivo aunque a veces no sepa verlo e incluso llegue a negarlo.
Sea como fuere, un sentimiento bilateral persiste cuando es unilateral. No me lo rebatáis porque soy muy cabezona y yo sé en qué lo aplico (puede que algunos de vosotros también y por ello me comprendáis).
No sé exactamente el porqué, pero quería dejar constancia de la perpetuidad de esta persona en mi corazón. Siempre estarás a mi lado y siempre te querré Yaya.
Saludos lectores.
1 comentario:
Entiendo lo que dices.
La mía se fué este verano, el día después de que España ganara el mundial.
Publicar un comentario