Estimados lectores,
hacía tiempo que no escribía, lo sé. El día a día me invade y no puedo dedicar tiempo para escribir mis divagaciones... sólo se quedan en mi mente.
No obstante, he querido compartir la revelación que ha pasado hoy por mi cabeza.
Parece mentira como el grado de afectación puede variar en función de la persona, el momento y el entorno.
Pero, del mismo modo, es increíble cómo interconexiona todo y cómo un microcorte puede echar a perder una cohesión inicialmente irrompible.
Ante estas 2 afirmaciones podemos destacar 2 puntos importantes:
1) El ser humano es capaz de variar su grado de afectación (aunque no sea consciente de ello o no siempre quiera)
2) Todos estamos conectados. Todo está conectado. Pero como toda conexión, puede haber fallos y derrumbar lo que teníamos asegurado.
Es decir, que puede derrumbarse todo, pero nosotros decidimos si lo vemos como una oportunidad para empezar optimizando la base de los cimientos o si formar parte de los escombros.
Pues aunque parezca obvia la respuesta y decisión a tomar, por norma general, los humanos solemos permanecer en los escombros un periodo de tiempo indeterminado. Para algunos es más corto, para otros más largo. De hecho, los hay que siguen ahí.
¿Tú dónde estás?
No hay comentarios:
Publicar un comentario